Bermejo Boixareu C1,3, Saavedra Quirós V2, Gutiérrez Parres B1,4, Núñez González A1, Cerezo Olmos C1,4,
Sánchez Guerrero A2, Gómez Rodrigo J1
1 Adjunto de Servicio de Urgencias Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. Madrid (España)
2 Adjunto de Servicio de Farmacia. Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. Madrid (España)
3 Profesor Medicina en la Universidad Alfonso X El Sabio. Madrid (España)
4 Profesor en la Universidad Europea de Madrid (España)
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Rev. O.F.I.L. 2016, 26;1
Fecha de recepción: 28/04/2015 – Fecha de aceptación: 21/10/2015
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Resumen
Objetivos: Evaluar la prevalencia de polifarmacia en pacientes institucionalizados atendidos en un servicio de urgencias de Madrid, prescripciones inadecuadas de medicamentos y la relación del tratamiento crónico considerado de prescripción inadecuada con alguno de los diagnósticos al ingreso.
Métodos: Estudio transversal sobre una cohorte de 124 pacientes institucionalizados que acudieron al servicio de urgencias durante el mes de julio de 2012. Se aplicaron los criterios STOPP/START para evaluar la prescripción inadecuada de los fármacos que tomaban de forma crónica. Así como revisar si los diagnósticos de urgencias eran una reacción adversa a algún fármaco que cumpliera criterio STOPP. Otro de los datos que se registraron fue la fecha de la última visita a urgencias o al hospital, si ésta última era de medicina interna.
Resultados: La media de fármacos de consumo crónico por paciente fue de 9 principios activos. El 81,5% (101 pacientes) de la muestra tenía uno o más criterios STOPP, 104 pacientes (83,9%) tenían uno o más criterios START. El 16% de los motivos de consulta o diagnósticos de urgencias fue derivado de la prescripción inadecuada de alguno de los fármacos que tomaba el paciente de forma habitual. La estancia reciente (<6 meses) en el hospital no está disminuyendo la prescripción inadecuada.
Conclusiones: La prescripción inadecuada de fármacos tiene una alta prevalencia en pacientes institucionalizados. Es necesaria la evaluación del tratamiento crónico de los pacientes institucionalizados por parte de los médicos de urgencias, al igual que implantar la revisión periódica de fármacos por parte del Sistema Nacional de salud.
Palabras clave: Prescripción inadecuada, institucionalizado, paciente mayor, urgencias.
Detection of inappropiate prescription drugs in elderly nursing home patients treated at emergency departments
SUMMARY
Objective: The goals of this study are to determine the prevalence of polypharmacy in elderly nursing home patients treated at emergency departments (ED) in Madrid, potentially inappropriate medication (PIM) and examine if this contributes to the emergency visit.
Design: A cohort of 124 nursing home residents, aged 75 and older, were recruited in this cross-sectional study during the month of July, in 2012. We used STOPP/START (Screening Tool of Older Person’s Prescriptions/Screening Tool to Alert to Right Treatment) criteria as a screening tool for assessing the appropriateness of medications in this group of patients.
Results: On average patients were taking nine different medications. In this study 101 patients (81,5%) had at least one STOPP criterion, with an average of 2 criteria per patient, and 104 (83,9%) patients were not receiving at least one drug indicated for their illness (START criterion). In 16% of visits one of the reasons for admission was due to adverse events caused by medications considered to be potentially inappropriate. Recent hospital visits, in the prior 6 months, do not improve medication appropriateness.
Conclusion: PIM is a highly prevalent problem among nursing home residents, and a statistically significant positive correlation was found between PIM and cause of admission in the emergency room. Vigilant ED drug supervision is essential in this group of patients. The National Health Service should develop routine medication reviews in elderly nursing home residents.
Key Words: Inappropriate prescription, nursing homes, elderly, emergency room.
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Correspondencia:
Cristina Bermejo Boixareu / Virginia Saavedra Quirós
Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Servicio de Urgencias)
C/ Manuel de Falla, 1 / C/ Joaquín Rodrigo, 2
28222 Majadahonda (Madrid)
Correo electrónico: virginia.saavedra@salud.madrid.org / cristina_bermejo@hotmail.com
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Introducción
En los países occidentales se está produciendo un envejecimiento de la población, debido fundamentalmente a un aumento de la esperanza de vida, siendo España uno de los países europeos con una mayor esperanza de vida1.
Según los resultados de la mayoría de los estudios2,3, los mayores de 65 años suponen el 26% de las personas que acuden a las urgencias hospitalarias, dando lugar a cerca del 40% de los ingresos hospitalarios por esta vía. Igualmente, una vez en urgencias generan proporcionalmente al menos el doble de ingresos que los adultos de menor edad (27% frente al 13%). El porcentaje se incrementa cuando el paciente procede de residencia (60%).
La población anciana consume la mayor parte de recursos sanitarios en países desarrollados, suponiendo el 65% de los recursos sanitarios y son responsables del 70% del gasto farmacéutico total4. Los fármacos constituyen en EEUU la cuarta causa de mortalidad en ancianos, condiciona una mayor morbimortalidad, deterioro funcional, mayor uso de recursos y gasto sanitario5. El paciente mayor es más susceptible y sensible a la polifarmacia6 debido a sus cambios metabólicos tanto farmacodinámicos como farmacocinéticos y también tiene aumentado el riesgo de que se produzcan interacciones farmacológicas.
La iatrogenia es común entre los ancianos, considerándose uno de los síndromes geriátricos más frecuentes, fundamentalmente a nivel hospitalario. Por ello, es muy importante tener en cuenta múltiples factores a la hora de la prescripción de un fármaco: el consumo de otros medicamentos o patologías crónicas concomitantes, el sexo, situación funcional y cognitiva del paciente, esperanza de vida del paciente, apoyo social y situación cultural. La polifarmacia es un factor de riesgo independiente de fractura de cadera en pacientes mayores7. En el paciente anciano se da con más frecuencia la prescripción en cascada: un efecto adverso se interpreta como nuevo acontecimiento médico y se le pauta un nuevo fármaco8.
El uso de mayor número de fármacos se ha visto asociado de forma independiente con un mayor riesgo de Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM), sin tener en cuenta la edad9. Cuando se consume un fármaco aparecen reacciones adversas en el 5% de los casos, pero este porcentaje aumenta al 100% cuando se toman más de 10 fármacos10. Estas RAM se pueden prevenir, evitando ingresos hospitalarios11 y traslados a urgencias, por lo que es importante una prescripción adecuada de los fármacos. El coste debido a la morbimortalidad asociada a RAM es de aproximadamente 177.400 millones de dólares al año en pacientes de la comunidad y 4.000 millones de dólares en pacientes institucionalizados12.
Se considera “prescripción inapropiada”, cuando el riesgo de sufrir efectos adversos es superior al beneficio clínico, especialmente cuando hay evidencia de la existencia de alternativas terapéuticas más seguras y/o eficaces. La prescripción inapropiada también incluye el uso de fármacos con una mayor dosis o mayor duración de la indicada, el uso de fármacos con un elevado riesgo de interacciones medicamento-medicamento o medicamento-enfermedad, y fármacos duplicados o de la misma clase. La prescripción inapropiada incluye además, conceptualmente, la no utilización de fármacos beneficiosos que sí están clínicamente indicados, pero que a menudo no se prescriben en pacientes mayores por diferentes razones, no siempre bien determinadas13.
En las dos últimas décadas han aparecido una serie herramientas, o documentos de consenso, en los que se han definido determinados fármacos, o situaciones fisiopatológicas en el anciano, en los que existe un alto riesgo de que se produzca una prescripción inapropiada. Entre los más conocidos se encuentran los Criterios de Beers (EEUU), descritos por primera vez en 1991, y cuya última actualización se ha publicado en 201214, la IPET (Improved Prescribing in the Elderly Tool) canadiense15, el MAI16 (Medication Appropriateness Index), los criterios definidos en el proyecto ACOVE17 (Assessing Care of Vulnerable Elders), la lista PRISCUS18 de los alemanes y los criterios STOPP/START irlandeses13,19, actualizados en 201420,21, siendo estos últimos los más utilizados en nuestro país.
La institucionalización es un factor de riesgo independiente para la prescripción inadecuada de medicamentos22. Por tanto, el objetivo de nuestro estudio es conocer la prevalencia de polifarmacia en los pacientes institucionalizados y la prescripción inadecuada utilizando la escala STOPP/START13,20 (Tabla 1). Dado que no existe un consenso internacional sobre la definición de polifarmacia en este estudio se recogió los pacientes que tenían cuatro o más fármacos23 y los que tenían seis o más fármacos, que es el punto de corte seleccionado para el proyecto de atención al paciente polimedicado de la Comunidad de Madrid. Se eligieron los Criterios STOPP/START porque son de mayor aplicabilidad en nuestra población anciana, tienen una guía farmacoterapéutica más similar a la utilizada en nuestro país y han demostrado una mayor sensibilidad que los criterios de Beers. Además aportan el valor añadido de detectar no solo la prescripción inadecuada de determinados fármacos, sino también la falta de prescripción de medicamentos que deberían estar pautados.
Un objetivo secundario es conocer la prevalencia de RAM como diagnóstico de ingreso en urgencias como consecuencia de la utilización de un fármaco considerado inadecuado por los criterios STOPP/START o la ausencia de un medicamento considerado beneficioso. Otro objetivo fue ver si la valoración médica hospitalaria los últimos 6 meses se relacionaba con menos prescripciones inadecuadas.
MÉTODOS
Se diseñó un estudio transversal que incluyó pacientes mayores de 75 años procedentes de residencias, públicas y privadas, que acudieron al servicio de urgencias del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (HUPHM).
El HUPHM es un hospital terciario de 613 camas que abarca el área Noroeste de la Comunidad de Madrid donde están registradas más de 150 residencias. En este estudio los pacientes procedían de 39 residencias diferentes del área.
Los criterios de inclusión fueron pacientes institucionalizados mayores o iguales a 75 años, ya que es la edad más empleada en muestras de pacientes geriátricos, que estuvieran en urgencias de 8 a 10 de la mañana, de lunes a viernes, del 1 al 31 de julio de 2012.
Los criterios de exclusión fueron los menores de 75 años y los reingresos.
Las variables del estudio eran:
Edad; sexo; situación basal: se recogió la situación basal según la escala de cruz roja funcional y mental validada para estudios24 (Tabla 2)25; Índice de comorbilidad de Charlson26 (Tabla 3); antecedentes personales agrupados por aparatos y sistemas (cardiovascular, respiratorio, digestivo…), del mismo modo que en los criterios STOPP/START; tratamiento habitual en principios activos asignados a estos sistemas y aparatos; registro de los grupos de fármacos considerados también como prescripción inadecuada de las secciones A, K, L y N de los criterios STOPP-START (Tabla 1), que son los relacionados con riesgo de caídas, duplicidad, anticolinérgicos o analgésicos. Las caídas o fracturas diagnosticadas los últimos 3 meses se incluyeron en la base de datos en los antecedentes personales. Otro de los objetivos fue registrar si alguno de los diagnósticos al ingreso en el servicio de urgencias era una RAM de un fármaco considerado prescripción inadecuada. También se registró la última vez que el paciente había estado en el hospital, para objetivar si la valoración médica reciente (últimos 6 meses) se relacionaba con una disminución de número de prescripciones inadecuadas.
En la primera fase del estudio se registraron de forma prospectiva todos los pacientes mayores que estuvieran en el servicio de urgencias, independientemente de que estuvieran pendientes de pruebas, de evolución o de ingreso. Se hizo también la recogida de informes de derivación de las residencias donde está registrado el tratamiento, antecedentes personales y motivos de la derivación.
En la segunda fase, se hizo la recogida de variables, aplicando los criterios STOPP-START acorde a la situación basal del paciente, pronóstico de vida, patología de base y en casi un 50% de los casos se habló con el médico de la residencia para buscar o confirmar justificación del tratamiento del paciente. Por tanto, la valoración de los tratamientos se hizo de forma individualizada y uno de los miembros del estudio, especialista en Geriatría, revisó todos los tratamientos de los pacientes para evitar diferencias de interindividualidad.
Por último, el análisis estadístico de los resultados fue realizado con la versión 14 del SPSS. Las variables cuantitativas se muestran con la media, mediana y desviación estándar, y las cualitativas con el valor absoluto y porcentaje. Se utilizó el test chi-cuadrado corregido por Yates para comparación de porcentajes, y la prueba no paramétrica de Mann-Whitney para comparar las medianas. Todos los test se realizaron a dos colas y con p<0,05.
El estudio ha sido aceptado por el Comité Ético de Investigación Clínica (CEIC) del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Madrid.
RESULTADOS
Se registraron 133 pacientes, seis de excluyeron por ser menores de 75 años y tres por tratarse de reingresos. De los 124 pacientes incluídos para el análisis el 70% eran mujeres con una edad media de 85,6±5,48 años (75-102).
La situación basal de la muestra se registró según la escala de incapacidad de la Cruz Roja (Tabla 2) que se divide en cruz roja mental (CRM) y funcional (CRF), cuyos resultados obtenidos se muestran en las figuras 1 y 2. Un paciente no pudo ser clasificado por falta de información.
La mediana del índice de comorbilidad de Charlson fue de 2,30±1,23 (0-5).
En su tratamiento habitual tenían una mediana de 9 fármacos (2-18). El 97,6% del total de esta muestra tenían cuatro o más fármacos de tratamiento habitual y el 86,3% tenían seis o más fármacos.
En la sección A de los criterios STOPP destaca la prescripción inadecuada de fármacos que no están indicados deacuerdo a tres motivos:
– Medicación prescrita sin evidencia clínica: el uso de hierro oral crónico para el tratamiento de anemias no ferropénicas. Se ha visto que 15 pacientes tenían pautado hierro oral teniendo anemia no ferropénica o incluso sin tener anemia.
– Medicación pautada con una duración superior a la indicada: la utilización de heparinas de bajo peso molecular (HBPM) para la prevención de enfermedad tromboembólica en pacientes con inmovilización crónica. En esta muestra 7 pacientes recibían HBPM a dosis profilácticas de forma crónica, sin estar indicadas. La mayoría de los casos eran consecuencia de una prescripción al alta hospitalaria, sin precisar el tiempo de la indicación en el informe, por lo que se había asumido como crónico.
– Medicación de la misma clase: el 28,2% de los pacientes (n 35) tomaban medicamentos duplicados, es decir, dos fármacos con el mismo mecanismo de acción, como fueron por orden de frecuencia descendente: las benzodiacepinas, ISRS, diuréticos de asa (furosemida y torasemida), IECAs o ARA II.
En la tabla 4 se muestra la prevalencia de comorbilidad en estos pacientes, indicando la presencia de patología por sistemas y el porcentaje de pacientes que tenían algún criterio STOPP/START de dicho sistema o aparato según la clasificación de los criterios publicada en 2009.
En la sección K destacan los fármacos que favorecen el riesgo de caídas. Entre los pacientes de la muestra se ha objetivado que 33 (26,6%) pacientes tenían prescritos fármacos de este grupo y además habían tenido una caída o fractura reciente (los 3 meses previos). Las benzodiacepinas estaban prescritas en 51 pacientes (41,1%) de la muestra como tratamiento habitual, los neurolépticos en 37 sujetos (29,8%) y los opiáceos en 17 (13,7%).
En la sección L destaca la prescripción inadecuada de analgésicos, pero dado que la recogida de variables fue retrospectiva no se consideró objetivo el grado de dolor por lo que la recogida es meramente descriptiva. En la muestra 65 residentes (52,4%) tenían pautada analgesia de forma crónica, de los cuáles 15 (12,1%) tomaban antiinflamatorios y 17 (13,7%) tomaban opiáceos.
En la sección N se recogen los fármacos anticolinérgicos que en la muestra estaba presente en16 residentes (12,9%).
En nuestra muestra de 124 pacientes: 101 pacientes (81,5%) tenían algún criterio STOPP (con una media de 2 criterios por paciente). De estos pacientes: 36 pacientes tenían una prescripción inadecuada, 38 ancianos tomaban 2 fármacos inadecuados, 17 residentes consumían tres no recomendados, 7 de ellos tenían 4 medicamentos inapropiados, un paciente tenía registrado 5 y dos residentes poseían 6 fármacos inapropiados. En lo referente a los criterios START a 104 pacientes (83,9%) les faltaba algún fármaco recomendable (con una media de 1,78 y una mediana de 2 criterios). De estos 104 pacientes a 47 les faltaba un fármaco, a 35 pacientes carecían de 2 medicamentos aconsejables, a 20 les faltaban 3 principios activos y 2 de ellos carecían de 4 medicamentos con indicación médica.
El motivo de consulta o alguno de los diagnósticos al ingreso estaba relacionado con alguno de los fármacos de prescripción inapropiada en 20 pacientes (16,1%). La causa más frecuente fue la hemorragia en pacientes que estaban tomando anticoagulantes sin que debieran consumirlo por haber finalizado el tiempo indicado.
En esta muestra de 124 pacientes, 76 de ellos (61,3%) habían estado ingresados en urgencias o en el hospital (edad media de 85,4 y 65,8% mujeres) en los 6 meses previos y este hecho no influye en tener menos criterios STOPP (p 0,603). El haber estado en el hospital sí que estaba relacionado con tener más criterios START (p 0,002) que los que no habían estado recientemente (38,7% de la muestra: edad media de 85,9 y 77,1% mujeres) (Figura 3).
DISCUSIÓN
Los mayores institucionalizados muestran un grado de dependencia muy alto como hemos visto en la situación basal y con una alta prevalencia de polifarmacia (86,3% ≥6 fármacos). Un porcentaje elevado de estos pacientes (>80%) poseen prescripción inadecuada de fármacos y esto afecta no solo al paciente, al gasto sociosanitario que implica, sino que además esto conlleva, en un 16% de los casos, a ser uno de los motivos de consulta a nuestra urgencia, resultado similar al de otros estudios27. Por otro lado, el hecho de haber estado recientemente en el hospital no disminuye en nuestra muestra la prescripción inadecuada y esto probablemente se debe a una mayor atención del tratamiento agudo por parte de los médicos hospitalarios y una falta de evaluación de su tratamiento crónico.
Los resultados de este estudio describen que las prescripciones inadecuadas objetivadas en el servicio de urgencias son muy elevadas y por tanto, es necesario la sensibilización de los profesionales hacia este colectivo y la toma de medidas.
Se ha visto que el servicio de urgencias supone en muchas ocasiones el único punto de contacto, o si no el lugar más frecuente, de atención a pacientes institucionalizados del sistema nacional de salud, en nuestro país. Por este motivo, es necesario evaluar el tratamiento crónico de estos pacientes en los servicio de urgencias.
En otros estudios publicados donde se han aplicado los criterios STOPP/START en pacientes en Atención Primaria se han obtenido resultados con un porcentaje de entre 17-24% de criterios STOPP y 20-26% de criterios START28. En pacientes valorados de forma ambulatoria en consultas externas de geriatría presentaron 54% criterios STOPP y 48% START13.
En pacientes hospitalizados se han encontrado porcentajes del 35% criterios STOPP29 y 58% de criterios START30. En estudios realizados con pacientes institucionalizados ascienden de forma considerable a porcentajes similares a nuestros resultados: 79% STOPP y 74% START31.
Limitaciones del estudio: los pacientes incluidos eran los que estaban a primera hora de la mañana en nuestro servicio de urgencias, por lo que la mayoría son los que ingresaban o se dejaban en observación para reevaluar, por tanto probablemente son los pacientes más complejos y polimedicados.
El estudio se revisó de forma inicial con los criterios STOPP-START publicados en el 2009 y posteriormente se han adaptado los resultados a los nuevos publicados en 2014.
Los criterios START publicados en 2014 ya incluyen la indicación de los inhibidores de la acetilcolinesterasa en el tratamiento de la demencia, pero los criterios STOPP también deberían incluir recomendaciones de retirada como las publicadas por J. Gómez-Pavón32 puesto que es un grupo de fármacos ampliamente prescrito en los pacientes mayores, pero con poco control o con poco seguimiento en el grupo de pacientes institucionalizados (por ejemplo su retirada podría estar indicada en pacientes a partir de un estadío 7C de la escala de Deterioro Global GDS).
Dados los resultados aportados en este estudio es evidente la necesidad de incluir en los programas de salud del anciano una revisión del consumo de fármacos, para contribuir a un uso adecuado y racional de los mismos. Es necesario evitar el uso crónico de prescripciones agudas, de prescripciones contraindicadas por la aparición de nuevas patologías y RAM. Todo esto a su vez previene ingresos en urgencias y/u hospitalarios, que en global, se traduce en evitar empeorar el estado de salud y la calidad de vida de los pacientes institucionalizados, además de disminuir el gasto sanitario.
En las residencias es donde se encuentran los pacientes mayores más frágiles, dependientes y vulnerables, tienen mayor riesgo de polimedicación y por tanto deberán tener una atención médica más cercana y controlada. En el momento actual el servicio de urgencias es el servicio más frecuentado por ellos, por lo que es importante reevaluar los tratamientos crónicos de este grupo de pacientes y realizar las modificaciones oportunas de acuerdo con su médico de la residencia.
Agradecimientos: Al servicio de estadística de Hospital Puerta de Hierro Majadahonda: Isabel Millán Santos y Margarita Alonso Durán.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses .
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Artículo dentro del número: VOL. 26 – Nº1 – 2016