Poveda Andrés JL
Jefe de Servicio de Farmacia. Hospital Universitario La Fe. Valencia (España)
Presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria
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Dentro del Número: VOL. 25 – Nº1 – 2015
Descargar PDF: Más allá del hospital
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Una profesión es una actividad especializada dentro de la sociedad, que necesita de forma continua detectar las tendencias, ver las necesidades, y cuestionar las creencias para generar valor y satisfacer una necesidad social, que en nuestro ámbito profesional son: pacientes y ciudadanos, profesionales sanitarios y el conjunto del Sistema Nacional de Salud.
En este marco, el recorrido del farmacéutico de hospital ha sido amplio, y su proceso de creación de valor a la sociedad, ha tenido el reconocimiento subsidiario a un crecimiento en el número de profesionales dedicados por y para el Sistema Nacional de Salud. De hecho, aun cuando todavía son insuficientes los recursos humanos y materiales para garantizar el aumento de actividad y complejidad, que el sistema farmacoterapéutico ha experimentado en los últimos años en el ámbito de la atención farmacéutica especializada, es de justicia reconocer el esfuerzo del Sistema Nacional de Salud por dotar a los Servicios de Farmacia Hospitalaria con un número mayor de profesionales sanitarios y mejores recursos tecnológicos. Así mismo, conviene recordar el esfuerzo que también ha efectuado la sociedad en su conjunto, en cuanto a su inversión en recursos formativos para preparar a los farmacéuticos de hospital, y que sin duda ha permito disponer de profesionales más competentes en el manejo del paciente y del sistema farmacoterapéutico. Este hecho, es evidente y se concreta con el incremento en la inversión, año tras año, en el periodo de formación para el farmacéutico de hospital que supuso la ampliación en un cuarto año en el periodo de farmacéutico interno residente desde el año 1999, así como en la dotación de plazas de formación ofertadas por las direcciones de RRHH de las diferentes CCAA y que ha permitido consolidar el número de especialistas que son necesarios para satisfacer la demanda del sistema sanitario, con independencia de la situación económica del país.
Así pues, somos más y estamos más preparados para adaptarnos a las necesidades actuales y futuras del sistema sanitario de salud. Y lo más importante, el tiempo ha demostrado que nuestra actitud permanente hacia el cambio, forma parte de nuestro acervo profesional. De hecho, este proceso de adaptación y transformación continua lo hemos integrado como farmacéuticos de hospital, desde los inicios de la especialidad, y bien podemos estar orgullosos de la profesionalidad y profesionalismo alcanzado. Hoy la actividad del farmacéutico de hospital en España, es un referente para el conjunto de la comunidad farmacéutica nacional e internacional.
Aún, cuando es difícil sintetizar en una editorial este cambio permanente señalaré cuatro palancas de cambio que han sido fundamentales para el crecimiento profesional, sobre la base de la credibilidad que otorgan los resultados y la permanente generación de valor para los diferentes agentes del sistema sanitario. Si bien, conviene señalar que el proceso de innovación no ha sido disruptivo, sino que ha sido aditivo, y por tanto, los grandes saltos profesionales se han producido y se han sustentado en la demostración continua del valor añadido, entre otros a: pacientes y ciudadanos, profesionales sanitarios y al Sistema Nacional de Salud en su conjunto.
La primera palanca que es necesario destacar fue el cambio en la visión del farmacéutico, desde una visión única centrada en el medicamento, a una visión triple que aborda el medicamento, el proceso farmacoterapéutico de mejora de la seguridad en el uso de los medicamentos y la actividad clínica corresponsable con el resto del equipo asistencial para la mejora de resultados, clínicos, humanísticos y económicos. Este hecho, ha sido determinante en la configuración de la cartera de servicios que son actualmente proporcionados por los servicios de farmacia, y que empezaron con actividades de adquisición, elaboración y distribución, y hoy contemplan a través de los servicios de farmacocinética y farmacogenética, la participación activa del farmacéutico en la personalización de los tratamientos, sin olvidar, los elementos de soporte tecnológico en la prescripción, dispensación y administración que han sido claves para la mejora de la seguridad en el uso de los medicamentos.
La segunda palanca ha sido el cambio del paradigma con la ampliación del 4º año de formación especializada en farmacia hospitalaria, que nos ha aproximado más al paciente y ha permitido integrarnos de forma más proactiva a los equipos asistenciales. Este proceso ha sido especialmente relevante en las áreas de oncohematología, pediatría, urgencias, área de críticos e infecciosas y también en el proceso de soporte al conjunto de pacientes que configura la nutrición clínica. En este contexto, la necesidad de una mayor capacitación del farmacéutico especialista en farmacia hospitalaria en cada una de estas áreas está siendo resuelta con la amplia y exigente formación nacional e internacional que están recibiendo los farmacéuticos de hospital. En este marco, los avances han sido espectaculares, y la credibilidad del farmacéutico de hospital como miembro del equipo asistencial es una realidad no solo presente, sino exigida por el resto de componentes asistenciales en los hospitales españoles, para el abordaje individual de la farmacoterapia en los pacientes.
La tercera palanca fundamental, es la apertura en el ámbito de actuación a pacientes que aun cuando no se encuentran hospitalizados, precisan de una atención farmacoterapéutica especializada, para el manejo de diferentes patologías de máxima complejidad. Este hecho ha tenido su concreción asistencial,con el desarrollo de las unidades de atención farmacéutica a pacientes externos. Un cambio, que ha hecho pivotar los modelos y los recursos asistenciales de los servicios de farmacia hospitalaria, al continuo crecimiento de pacientes atendidos y a la complejidad, cada vez mayor de los tratamientos, y por tanto, también nos exige a los farmacéuticos de hospital una monitorización más intensiva, para garantizar la efectividad, seguridad y eficiencia de los tratamientos.
La cuarta palanca de cambio está siendo la ampliación del ámbito de actuación de los farmacéuticos de hospital hacia los centros socio-sanitarios, cuya exigencia legal se expone en el Real Decreto 16/2012, al obligar a los centros socio-sanitarios con 100 o más camas a disponer de servicios de farmacia hospitalaria. Este hecho, ya se ha concretado en numerosas CCAA, pero todavía está pendiente de implementar en la totalidad del territorio nacional. En este sentido, la necesidad de dar continuidad asistencial en el espacio sanitario también ha obligado al farmacéutico de hospital, a mejorar su competencia en este ámbito de actuación y al despliegue de los proyectos asociados al plan estratégico de cronicidad elaborado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, que sin duda, reafirman el compromiso adquirido con los pacientes atendidos en estos centros socio-sanitarios.
Con idéntica determinación y la orientación de ir “más allá del hospital”, surge la necesidad de dar respuesta a los nuevos retos que implica ampliar los ámbitos de actuación hacia la atención primaria, donde se puede y se debe abordar de forma colaborativa con las oficinas de farmacia, los nuevos retos que suponen para el sistema de salud el manejo del paciente crónico y la necesidad de un abordaje más preventivo, predictivo, personalizado, sin olvidar, el enfoque poblacional. En este sentido, el cambio de denominación de la especialidad que expone el Real Decreto 639/2014, ratifica la necesidad de actuación del farmacéutico de hospital en este ámbito y confirma la formación especializada recibida por los farmacéuticos de hospital hasta la fecha, como un determinante necesario para abordar con garantías de excelencia, el liderazgo del proceso de atención farmacéutica, que precisa la nueva transversalidad asistencial. De tal forma, que el programa de la especialidad de farmacia hospitalaria y de atención primaria, pendiente de elaborar, deberá abordar y dar respuesta a las nuevas necesidades del paciente-ciudadano, profesional sanitario y sistema sanitario. Por ello, es una excelente oportunidad para mejorar el proceso de continuidad asistencial que ocurre entre los diferentes espacios de asistencia sanitaria, contribuyendo a mejorar la calidad de la farmacoterapia individual proporcionada por el sistema sanitario a los pacientes. En ello estamos. Y a ello nos comprometemos.