Rev. OFIL 2017, 27;3:222-223
Fecha de recepción: 11/06/2017 – Fecha de aceptación: 12/06/2017
García Vicente S
Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Facultad de Farmacia. Universidad de Valencia (España)
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Nota del Autor: Me centro en “la farmacéutica” no por feminizar este texto como principio de igualdad, sino también, permitidme, como entiendo que debe ser en todas las áreas de las ciencias de la salud, donde las mujeres son muy ampliamente mayoritarias.
LA INTRODUCCIÓN
La oportunidad de poder disertar en una revista libre de excesivas presiones de grandes grupos editoriales, se agradece doblemente al sumarse además su público objetivo, centrado en el sector farmacéutico y, socio-sanitario.
Si tuviera que describir ágilmente mi dedicación profesional, diría que soy médico de formación con dedicación desde hace casi veinte años al ámbito de la gestión sanitaria, con un recorrido tanto en la sanidad pública como privada. Sin trascendencia universitaria a nivel familiar, me centré voluntariamente dentro del ámbito de la atención primaria para mi especialización y poder conocer todos los mundos posibles de la atención socio-sanitaria: atención primaria, hospitalaria, oficina de farmacia y farmacia hospitalaria, sector residencial, social, familiar… Y a nivel de postgrado en la economía de la salud, sobre todo con “economistas” que pudieran mostrar el “duro camino economicista” en el sector salud. Pero mi sesgo a la hora de redactar este texto es que comparto mi vida (personal) con una farmacéutica. Gracias a ella conocí la “facultad” (a la postre aquel viaje de “fin de carrera” no lo hice con quién me tocaba, sino que lo compartí con “Farmacia”) que sigue siendo el lugar donde colaboro a nivel universitario, en la Unidad de Salud Ambiental de la Universidad de Valencia y en el que he desarrollado mi tesis doctoral en estos últimos diez años.
Este acontecer personal me ofreció la oportunidad de conocer el mundo de la “oficina de farmacia”. A ello sumo que mi primer “gran jefe” en este mundo profesional directivo fue Lluís Triquell (@TriquellBio), farmacéutico hospitalario de “pro”, a la postre que “médico” para “poder debatir a los médicos de tú a tú”. El me mostró cómo es por dentro la “industria farmacéutica”. Con posterioridad uno de mis mejores compañeros en la gestión sanitaria es un farmacéutico, con una capacidad analítica y “contable”, envidiable. En este acaecer me fui introduciendo en mi paso por la gestión hospitalaria pública y privada en el mundo excepcional de la farmacia hospitalaria y de la atención primaria, no tan solo desde la visión de la economía y gestión de la salud sino en su forma de evaluación del gasto y de la prescripción farmacéutica por los médicos.
Con ello mi visión sobre la farmacéutica, hablando en líneas generales de vuestras áreas profesionales, siempre ha sido a vuestro lado, no tan en paralelo sino con la oportunidad de “cruzarme” en vuestra área profesional de pleno. Y en ese “a vuestro lado”, y sumo “a un paso por detrás”, me he apoyado para aprender e intentar cooperar en todo momento con vosotras, con vosotros, para mejorar de forma conjunta el mundo desde la gestión sanitaria.
LA DISERTACIÓN
Farmacéutico comunitario, farmacéutico hospitalario, atención farmacéutica (de atención primaria, comunitaria, oncohematológica…), radiofarmacia, seguridad asistencial, innovación… ¿cuál es el “futuro” de la farmacéutica asistencial?
No pretendo tanto debatir sobre el “desarrollo de una profesión”, solo aportar y compartir una opinión desde un punto de vista humilde si lo puedo trasladar así, incluso incorporando mi sesgo personal hacia vosotras. Lo fácil hubiera sido contribuir con aquello de la “investigación, innovación, docencia, formación, gestión sanitaria y clínica, industria farmacéutica, alimentaria, salud animal…”, pero no se puede dejar de pensar en la figura clásica del farmacéutico y la “oficina de farmacia” y su progreso de los últimos lustros, también en las especialidades farmacéuticas, abarcando desde la atención hospitalaria a la atención primaria.
Trabajamos en un mundo de enormes presiones que nos alcanzan desde todas y todos los agentes participantes (ciudadanía –pacientes, profesionales, gestores, políticos– “propietarios”, proveedores) y todo ello sin dejar de combatir para mejorar el devenir de cada paciente por este sistema sanitario nuestro, haciéndoles fluir por el sistema para que, cuidándolos siempre y curándolos “casi siempre” se encuentren tan satisfechos y felices que nos recomienden libremente en todo momento. A estas alturas, debemos reconocerlo desde todas las profesiones, la farmacéutica como profesión sanitaria tiene una participación más que fundamental en esta labor y en todos los terrenos posibles de aplicación, siempre con mejoras locales y generales, por supuesto.
Os diría que vuestro impulso profesional se orienta a la cooperación con las distintas profesiones socio-sanitarias, evaluando y mejorando de forma más exhaustiva el estado de salud de cada paciente, de cada persona, de cada comunidad. La base se centra desde vuestra formación en el Grado, compleja y seguramente la más completa, abarcando un excepcional abanico de campos y ciencias básicas, que ha ido alejándose de esa centralidad que se mantenía con la “oficina de farmacia”.
Desde aquí el valor de la farmacéutica radica en orientarse a esa colaboración para el abordaje integral de los pacientes complejos en el Sistema Nacional de Salud (SNS), mejorando ampliamente su eficiencia global, apoyando la información y la formación “independiente” de profesionales sanitarios. En el fondo, se trata de ser la pieza fundamental de la “sanidad solvente” del SNS, no entendiendo a la farmacéutica como una mayor generadora o “controladora” del “gasto” (eminentemente farmacéutico, claro), sino realmente todo lo contrario, siendo el epicentro de la adecuación del SNS, sus profesionales y su oferta de servicios, mejorando ampliamente sus bolsas de ineficiencia que a medio plazo parece que a nadie conciernen. Lo polemizo de esta forma: ¿interesa cada vez un mayor gasto siendo realmente menos población, cuantitativamente, pero cualitativamente requiriendo nuevas necesidades? ¿No es posible trabajar firmemente desde la posición farmacéutica, para liderar la mejora de la ineficiencia en acciones como la adecuada prescripción farmacéutica, la mejora del cumplimiento e información y seguimiento terapéutico de cada ciudadano, la mejora de la seguridad clínica implicando y liderando a todos los estamentos, o ante la reducción ostensible del impacto ambiental de la actividad sanitaria y con ello dedicar el gasto económico hacia las partidas que realmente lo necesitan?
Y fíjense que hablo de “liderar”1 (en www.rae.es: “Dirigir o estar a la cabeza de un grupo”) y de “cooperar”1 (en www.rae.es: “Obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común”), palabras con un significado fundamental para este objetivo y que nos ayudan a no potenciar los “egoísmos” (entre ámbitos profesionales, entre hospitales, etc.), ni convertir cada uno de nuestros ámbitos de trabajo en “Reinos de Taifas” en los que predominan (ante “otras profesiones sanitarias”) las “agendas ocultas”. Se trata de “vencer” ganando con la cooperación intraprofesional, interprofesional y multicéntrica, especialmente para el devenir de nuestro SNS y de nuestro bienestar individual y colectivo porque, insisto, cada día más en este enunciado debemos “trabajar continuamente para que nuestros descendientes, nuestras hijas e hijos, disfruten como mínimo del mismo nivel de calidad sanitaria como el que disfrutamos hoy en día” (a pesar de todo y de las posibles mejoras).
LAS CONCLUSIONES
Habéis entrado de lleno en la toma compartida de decisiones “con ciudadanos expertos”, en la cultura de la responsabilidad y de la información, en frenar más de lo que pensáis el “poder del bolígrafo” (aunque lo lance aquí de forma subjetiva) adquiriendo amplias habilidades profesionales en estos últimos lustros2 y aprendiendo ante el “emponderamiento” de pacientes, profesionales y políticos…
Participar en el fomento y desarrollo de organizaciones de forma creativa, participativa, proactiva, comprometida, trabajando en la mejora continua e implementando permanentemente nuevas ventajas competitivas, desde el diálogo sincero y el buen gobierno, favoreciendo entornos sociosanitarios seguros en los que se confíe, que sean sostenibles y solventes, bien comunicados y coordinados en todos sus procesos (qué fácil pero a la vez tan difícil, es evitar los “espacios en blanco” en la atención sanitaria), es una tarea que debéis liderar.
Ante los grandes retos de las profesionales farmacéuticas: comprender su implicación y participación con todos los integrantes de cada equipo y de todas las profesiones socio-sanitarias, trabajar en red cooperando tanto intra como extra-centro, ser creíbles “vendiendo” bien vuestro trabajo y sus bondades tanto dentro como fuera de cada una de las organizaciones que compartís, evaluando los resultados continuamente, decidiendo con (y, como…) los ciudadanos –pacientes y sus entornos sociofamiliares, mejorando la coordinación personalizada de cada persona– paciente y su ambiente socioeconómico sobre todo ante los pacientes “complejos”, favoreciendo la “no cronicidad” desde vuestros ámbitos profesionales (con las “olvidadas” prevención, promoción, educación para la salud), es un gran pero real, núcleo de vuestra gestión.
La “profesionalidad” e incluso las “especialidades” las habéis ido conformando, y ahora os toca innovar constantemente ampliando vuestra visibilidad profesional en un ámbito de trabajo multiprofesional, multinivel y multicéntrico.
Sin olvidar aquellas características básicas que valoramos bien y tal vez no se entreguen de forma mayoritaria en este, nuestro sistema sanitario, como son que sea flexible, accesible, próximo y útil, sin demoras ni excesiva burocracia, continuo en el tiempo en su atención, ofreciendo un trato personal y cálido, amable y, equitativo. Esto es, dispuesto en todo momento a dar a cada persona lo que necesita, lo que realmente necesita.
La farmacéutica en todas sus facetas profesionales debe ser un referente en la gestión de la salud tanto individual, como comunitaria y pública.
Espero poder invitaros, a reflexionar.
Muchas gracias por dejarme participar. A vuestra disposición.
Bibliografía
1. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Disponible en: http://dle.rae.es/ Última lectura: 11/06/17.
2. Bermejo T, Grupo TECNO. Papel del farmacéutico de hospital en las nuevas tecnologías en el sector sanitario. Farm Hosp. 2010;34(2):56-58.
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