Colón López de Dicastillo A1, Gómez Gómez D1, Giménez Poderós T1, Villanueva Eguaras MA2, Crespo Hidalgo M2, Valero Domínguez M1
1 Servicio de Farmacia Hospitalaria
2 Servicio de Anestesiología. Reanimación y Unidad del Dolor
Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander. Cantabria (España)
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Rev. OFIL 2016, 26;2:111-116
Fecha de recepción: 15/06/2015 – Fecha de aceptación: 19/10/2015
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Resumen
Objetivo: Descripción del proceso de estandarización de los carros de medicación de anestesia del área quirúrgica de un hospital terciario. Evaluación del grado de aceptación y funcionalidad del proyecto, por parte de los anestesistas que trabajan en este área, tras su implantación.
Material y método: Proyecto multidisciplinar, en el que un farmacéutico hospitalario se integró en el Servicio de Anestesiología y Reanimación. Mediante la revisión de la disposición, consumo y criterios de utilización de fármacos por el anestesiólogo, se diseñó el nuevo modelo de disposición de medicamentos en el carro de anestesia. Tras su instauración, se comprobó su grado de adaptación y se evaluó, a través de una encuesta, su aceptación y viabilidad.
Resultados: Inicialmente, se observó una falta de consistencia en la organización, contenido y etiquetado de la medicación en los carros. Se diseñó una plantilla base, común a todos los carros, incluyendo variaciones específicas según la especialidad quirúrgica de cada quirófano. Así, se implantaron 4 plantillas: Cirugía General y especialidades, Cirugía Cardiovascular, Neurocirugía, y Oftalmología. La satisfacción global obtenida de las encuestas (n=40), fue de 8 puntos (máximo 10 puntos), valorándose positivamente (8 puntos) la capacidad del nuevo diseño para disminuir los errores de medicación.
Conclusión: La actual disposición de los fármacos en los carros de anestesia ha sido considerada válida por los anestesiólogos, constituyendo por tanto, una barrera más para disminuir la probabilidad de cometer errores de medicación.
Palabras clave: Errores de medicación, anestesia, seguridad del paciente.
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Correspondencia:
Ana Colón López de Dicastillo
Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Servicio de Farmacia)
Avda. Valdecilla, s/n
39008 Santander
Correo electrónico: acdicastillo@gmail.com
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INTRODUCCIÓN
El error humano es un elemento clave en el ámbito sanitario ya que produce perjuicios en el paciente y por consiguiente, aumenta los costes en salud1. Aquellos errores relacionados con la administración de medicamentos son particularmente críticos en anestesia, donde se manejan distintas vías de administración y un importante número de medicamentos de alto riesgo según la clasificación del ISMP2.
A pesar de que en los últimos años se han desarrollado medidas3 para reducir la frecuencia de estos errores, su incidencia continúa siendo importante. Estudios prospectivos4 sugieren que se produce un error relacionado con la medicación por cada 133 procedimientos anestésicos. Asumiendo que el 1% de estos errores fuera perjudicial, durante una carrera profesional de 30 años, una media de dos pacientes sufriría graves consecuencias debido a un error de medicación.
Una de las causas más habituales por las que se ocasionan errores de medicación, es la selección incorrecta del fármaco a administrar5,6. Un reciente estudio brasileño7 publicó los resultados de una encuesta en la que el 91,8% de los anestesiólogos entrevistados reconocía haber cometido errores de medicación, siendo el más frecuente, la selección inadecuada del fármaco (cometido por el 68,4% de ellos). Los principales factores que habían contribuido a ese error fueron: distracción, fatiga o lectura incorrecta de la ampolla.
Es, por tanto, necesario implementar acciones que disminuyan la probabilidad del error. Numerosos artículos y guías8,9 recomiendan, con un alto grado de evidencia, la estandarización de los carros de anestesia de un mismo hospital o área sanitaria y además, entre otras medidas, apoyar la presencia de un farmacéutico en el área quirúrgica, que se responsabilice de la gestión de medicamentos.
Con la finalidad de aplicar estos estándares en nuestro medio, se procedió a la integración de un farmacéutico en el equipo multidisciplinar del área quirúrgica.
Así, el objetivo de este trabajo es describir el proceso de estandarización de los carros de medicación de anestesia y analizar, mediante encuestas de satisfacción, su grado de aceptación y funcionalidad.
MATERIAL Y MÉTODO
Este proyecto fue llevado a cabo en el área quirúrgica de un hospital terciario que cuenta con 23 quirófanos, divididos por especialidades, en los cuales se realizan una amplia variedad de cirugías. Cada quirófano dispone de un carro de anestesia cuyo contenido es repuesto diariamente desde un depósito de medicamentos ubicado en el área quirúrgica y abastecido por el Servicio de Farmacia (SF). El Servicio de Anestesiología y Reanimación (SAR) está formado por 63 anestesiólogos, que realizaron 17.621 procedimientos anestésicos (exceptuando Pediatría y Obstetricia) durante el año 201310. La rotación de los anestesiólogos entre especialidades y/o quirófanos se produce con cierta frecuencia.
Durante 6 meses, un farmacéutico interno residente (F.I.R.), a tiempo completo, se integró en el equipo multidisciplinar del área quirúrgica. El proyecto se dividió en 3 etapas de desarrollo:
- Estudio de la situación inicial: Revisión del consumo (datos del ejercicio 2013 obtenidos del programa de gestión del SF) de medicamentos del área quirúrgica, y del contenido inicial de los carros de medicación. Observación, a tiempo real, de criterios de utilización de fármacos por los anestesiólogos, y análisis descriptivo de errores en la disposición inicial de medicamentos en el carro.
- Diseño y estandarización de los carros de medicación: La revisión de guías11 sobre el correcto almacenamiento de fármacos permitió establecer unos criterios para el diseño (Figura 1) del cajón de medicación: 1) fármacos de uso frecuente y mayor relevancia clínica en la parte anterior del cajón, 2) retirada de fármacos irrelevantes o de bajo consumo, 3) separación de medicamentos con apariencia o nombre similar12, y búsqueda de alternativas comerciales en el caso de medicamentos semejantes. Se presentó el proyecto ante el SAR, en sesión, donde se consensuó el contenido final de los carros. Previa implantación, se informó y formó al resto del equipo del área quirúrgica (auxiliares y enfermería) en la nueva disposición, reposición y mantenimiento de los carros de medicación.
- Revisión post-implantación: Se comprobó la correcta adecuación del contenido final de los carros a lo establecido, con su consiguiente corrección de errores. Finalmente, se realizó una encuesta anónima y voluntaria a los anestesiólogos, con cinco preguntas específicas sobre la funcionalidad del proyecto, otra de satisfacción global y un campo de libre cumplimentación para sugerencias. Se utilizó una escala Likert desde 1 (peor puntuación) a 10 (mejor puntuación) para su valoración.
RESULTADOS
- Estudio de la situación inicial: en el análisis descriptivo de errores se observó una falta de consistencia en la organización, contenido y etiquetado de la medicación en los carros: a) ubicación de fármacos de apariencia similar en cajetines contiguos en la mayoría de quirófanos (ej. atropina y adrenalina ampollas ), b) cantidades excesivas de medicación por cajetín, imposibilitando en algunos casos la lectura de etiquetas identificativas o dificultando la apertura de los cajones (ej. hasta 20 ampollas de salbutamol por cajetín), c) ausencia de etiquetas identificativas o inconsistencia entre el etiquetado y el contenido del cajetín, d) presencia de medicamentos de hasta 10 especialidades farmacéuticas diferentes caducadas (ej. ranitidina 50 mg vial) y e) almacenamiento de medicamentos de nulo consumo (ej. furosemida 250 mg ampolla).
El consumo habitual de medicamentos revisado difería del tipo de medicación ubicada en los carros. Se encontraron hasta 74 fármacos diferentes, de los que 22 fueron retirados por escasa utilidad durante el procedimiento anestésico. Algunos fármacos, como Salbutamol 100 mcg inhalador, se reubicaron dentro del mismo quirófano (Tabla 1). Dada la amplia especialización de quirófanos, se procedió a su agrupación según tipo de cirugía y criterio de utilización de fármacos. Así, se diseñaron 4 plantillas (Tabla 2): Cirugía General y especialidades, Cirugía Cardiovascular, Neurocirugía y Oftalmología.
- Diseño de los carros de medicación: la colocación de los medicamentos en el cajón se realizó según los siguientes criterios. Primero, se seleccionaron medicamentos comunes a los 23 quirófanos, situándolos en la misma posición en todos los cajetines de medicación. Asimismo, se dispuso una zona variable en la mitad del cajón, donde se incluyeron fármacos específicos según el tipo de plantilla y cirugía realizada en cada quirófano. Además, se agruparon según acción terapéutica similar (ej. antieméticos, analgésicos…) y, aquellos con un alto consumo (ej. Propofol 1%), se colocaron en la parte anterior del cajón. Para la identificación inequívoca de los fármacos se añadió en cada uno de los cajetines una etiqueta incluyendo nombre, por principio activo, y dosis o concentración según presentación comercial seleccionada. Finalmente, se revisó el diseño de todas las ampollas/viales, separando aquellas con apariencia similar (ej. atropina y adrenalina) o buscando alternativas comerciales con isoapariencia diferente (ej. midazolam 5 mg/ml y 15 mg/ml).
Una vez conseguida la aprobación del proyecto por parte de anestesiólogos y coordinadores del SAR, se procedió a la estandarizaron los carros de medicación de todos los quirófanos.
- Revisión post-implantación: tras 30 días en funcionamiento, se revisaron los carros, analizando las discrepancias encontradas entre lo acordado y su situación real. La adecuación del contenido final, a lo establecido, fue alta (90% de fármacos bien ubicados). La mayoría de las discrepancias (86%), se debían a diferencias de stock respecto al fijado para cada fármaco. El 14% restante estaba causado, en orden de incidencia, por una incorrecta identificación (error en las etiquetas identificativas), omisión del medicamento o colocación errónea.
El número de anestesiólogos encuestados fue de 40 (63% del total de anestesistas), disponiendo de 39 encuestas (Figura 2) ya que una de ellas fue anulada por cumplimentación incorrecta. La satisfacción global media obtenida fue de 8 puntos. Uno de los aspectos mejor valorados, fue la opinión generalizada de que la estandarización de los carros de medicación disminuye los errores de medicación (8 puntos) y facilita la localización del fármaco elegido (8,3 puntos). Sin embargo, se obtuvo una menor valoración en aspectos organizativos como la selección final de fármacos (7,8 puntos) y revisión de caducidades o roturas de ampollas (7,5 puntos). Como principales sugerencias, destacar, la necesidad de aumentar el stock de determinados fármacos y la revisión de la selección de anestésicos locales en quirófanos de Traumatología (plantilla de Cirugía General y especialidades).
DISCUSIÓN
A pesar de que la anestesiología es una especialidad médica líder en coordinar medidas para la seguridad del paciente13, la probabilidad de cometer un error relacionado con la medicación continúa existiendo1. La gravedad que pueden ocasionar estos errores obliga a extremar la precaución y procurar aproximarse al riesgo cero. Dado que la localización de la medicación es clave en la selección correcta del fármaco, la estandarización del contenido de los carros de medicación es una estrategia frecuentemente recomendada4,8,9. Así, se esperan reducir los posibles errores de selección, minimizar la confusión y maximizar la eficiencia en la búsqueda del fármaco adecuado.
En 2009, se desarrolló en Canadá11 un modelo similar con algunas diferencias sustanciales. En ese caso, no se contó con la participación de un farmacéutico dentro del equipo, realizándose la revisión de los carros mediante cuestionarios entregados a anestesiólogos de cada centro. Un análisis de situación, por parte de un farmacéutico con formación externo al SAR, aporta una valoración objetiva y crítica de la situación basal de los carros de medicación, enriqueciendo el estudio y facilitando la implantación del nuevo modelo. Al igual que ocurre en el trabajo de Shultz et al., en los quirófanos confluyen una amplia variedad de especialidades quirúrgicas que requieren de medicación específica para la realización de cada procedimiento anestésico. Es por ello, necesario introducir variaciones dentro de un mismo modelo de colocación de la medicación. Esto se solventó con el diseño de varias plantillas, partiendo de una base principal de características comunes.
Habitualmente, el papel del farmacéutico en el área quirúrgica se centra en el manejo de la medicación pre y post-cirugía14. Sin embargo, en este caso, la integración del farmacéutico en el SAR permitió establecer puntos de consenso e intercambio de información, obteniendo resultados productivos para ambos. Esta incorporación en el equipo multidisciplinar, le permite desarrollar sus habilidades y conocimientos en la selección y gestión de medicamentos valorando su seguridad, aspecto y lugar de utilización a la hora de adquirir diferentes marcas comerciales aplicando, así, importantes criterios de seguridad. Además, esta integración cobra especial importancia a la hora de solventar y tramitar los problemas que ocasionan, cada vez con más frecuencia, los desabastecimientos de medicamentos a nivel internacional. En consecuencia, se ha obtenido un alto grado de satisfacción por el SAR.
Como principal limitación del proyecto, mencionar la imposibilidad de medir cuantitativamente el beneficio obtenido tras la implantación de estos nuevos modelos. Sin embargo, la realización de encuestas permite realizar una valoración cualitativa de este beneficio. Por otro lado, en un futuro, sería interesante extender este proyecto a otros servicios como Endoscopias o Radiología donde también se trabaja con carros de medicación de anestesia. Además, se trata de un proyecto activo que requerirá mantener una comunicación estrecha entre el SF y SAR, y que precisará de revisiones anuales y modificaciones, como por ejemplo, posibles aumentos de stock de determinados medicamentos, según las sugerencias obtenidas de las encuestas.
En conclusión, la estandarización, tanto en calidad como en cantidad, de la ubicación de medicamentos en los carros de anestesia, según especialidades quirúrgicas, es una medida ampliamente aplicable, que cuenta con un alto grado de aceptación por parte de los anestesiólogos, para reducir la incidencia de errores de medicación. Futuras revisiones del modelo serán necesarias para evaluar el cumplimiento y resultados de este proyecto.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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Descargar archivo PDF: Implantación de un modelo estandarizado de carros de medicación de anestesia
Perteneciente al: VOL. 26 – Nº2 – 2016