Fecha de recepción: 30/08/2017 – Fecha de aceptación: 20/11/2017
Gallego Muñoz C1, Gil Candel M2, Guerrero Navarro N3, Urbieta Sanz E4
1 Farmacéutico Especialista en Farmacia Hospitalaria. Hospital Universitario Reina Sofia. Murcia (España)
2 Residente Farmacia Hospitalaria. Hospital Universitario Reina Sofia. Murcia (España)
3 Enfermera. Unidad Anestesiología y Reanimación. Hospital La Merced. Osuna (España)
4 Farmacéutica Especialista en Farmacia Hospitalaria. Responsable de la Unidad. Hospital Universitario Reina Sofia. Murcia (España)
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Correspondencia:
Cristóbal Gallego Muñoz
C/ Tahona, 16 – 41540 La Puebla de Cazalla (Sevilla)
Correo electrónico: Toba_gallego@hotmail.com
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Señor director:
Antes de la introducción de los opioides en los años 60, se empleaban para anestesiar a los pacientes fármacos por vía inhalatoria o hipnóticos a altas dosis como el pentotal, aunque inducían una gran supresión hemodinámica. La introducción de los opioides en dicha década supuso un gran avance en la anestesiología, ya que son fármacos que proporcionan una buena estabilidad hemodinámica y un buen manejo del dolor por su potencia analgesia.
Sin embargo, como las dos caras de una misma moneda, es bien conocido las múltiples reacciones adversas que pueden presentar los opioides, como son depresión respiratoria, náuseas y vómitos, estreñimiento, retención urinaria, prurito, obstrucción intestinal, tolerancia, mareos, rigidez muscular de corta duración y mareos1. La depresión respiratoria es una reacción adversa que se maneja con facilidad en el perioperatorio, aunque a veces puede causar complicaciones en los pacientes durante el postoperatorio en planta2. Una reacción adversa menos conocida es la debilidad que puede presentar el músculo faríngeo, que contribuye a unos patrones respiratorios obstructivos, por los que hay que tener especial precaución en pacientes obesos o con apnea obstructiva del sueño3.
En la actualidad se dispone de un arsenal terapéutico muy amplio para usar en el perioperatorio como son los agonistas alfa-2 (clonidina, dexmetomidina), los anestésicos locorregionales administrados por vía intravenosa (procaína, lidocaína), el magnesio y los moduladores del ácido gamma-aminobutírico (gabapentina). Es importante resaltar que la analgesia o ausencia de dolor es importante en el postoperatorio, cuando los pacientes se hallan despiertos. Por lo tanto, cuando los fármacos mencionados anteriormente se administran conjuntamente de manera multimodal, se pueden evitar los opiodes intraoperatorios. Esto permite que también se reduzca drásticamente los opioides postoperatorios administrados como analgésicos, ya que paradójicamente cuantos más opioides se administran perioperatoriamente, más opioides se necesitan en el postoperatorio.
Al evitarse los opioides, no se deprime el centro respiratorio. La ventilación con soporte de presión es siempre posible con la analgesia libre de opioides, aun cuando se administran altas dosis de relajantes musculares para obtener un bloqueo neuromuscular profundo. El uso total de anestesia libre de opioides es posible utilizando un enfoque con parte o todos los fármacos no opioides anteriores4,5. Los efectos secundarios de los opioides, como por ejemplo las náuseas y vómitos postoperatorios, quedan reducidos en este tipo de anestesia6.
Son necesarios más estudios que pongan en valor esta práctica y aclaren todas las dudas e incertidumbres que podemos tener los profesionales sanitarios al respecto. Por otro lado, es muy importante a nuestro juicio escuchar a los pacientes, preguntarles cuáles son sus sensaciones durante el peri y postoperatorio y cuáles son sus perspectivas durante su proceso asistencial. Sin lugar a dudas, ellos deber ser el centro de atención y todos debemos trabajar porque dichas perspectivas se cumplan.
Todo por el bien de los pacientes presentes y futuros.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
Bibliografía
1. Funk RD, Hilliard P, Ramachandran SK. Perioperative opioid usage: Avoiding adverse effects. Plast Reconstr Surg. 2014;1344 Suppl 2:32S-9S.
2. Duarte LT, Fernandes C, Costa VV, Saraiva RA. The incidence of postoperative respiratory depression in patients undergoing intravenous or epidural analgesia with opioids. Rev Bras Anestesiol. 2009;59:409-20.
3. Wall H, Smith C. Body mass index and obstructive sleep apnoea in the UK: A cross-sectional study of the over-50s. Prim Care Respir J. 2012;21:371-6.
4. Bakan M, Umutoglu T, Topuz U, Uysal H, Bayram M, Kadioglu H, et al. Opioid-free total intravenous anesthesia with propofol, dexmedetomidine and lidocaine infusions for laparoscopiccholecystectomy: A prospective, randomized, double-blinded study. Rev Bras Anestesiol. 2015;65:191-9.
5. Feld JM, Hoffman WE, Stechert MM, Hoffman IW, Ananda RC. Fentanyl or dexmedetomidine combined with desflurane forbariatric surgery. J Clin Anesth. 2006;18:24-8.
6. Ziemann-Gimmel P, Goldfarb A, Koppman J, Marema RT. Opioid-free total intravenous anaesthesia reduces postoperative nausea and vomiting in bariatric surgery beyond triple prophylaxis. Br J Anaesth. 2014;112:906-11.
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